Esta tradición del oráculo está presente en la actualidad, pero desde la antigüedad ha tenido presencia. En la antigua Grecia ya se practicaban ciertos rituales que se basaban en pedir cosas a los dioses y realizar pronósticos de cara al futuro. Los griegos se trasladaban a la localidad de Delfos y una vez instalados allí accedían a un recinto que era sagrado conocido como el Oráculo de Delfos.
Al llegar al recinto sagrado tenían que lidiar con el dios Apolo, al que tenían que convencer entregándole un obsequio. Ese obsequio se trataba de una tarta cocinada con miel y, además, debían sacrificar a una cabra. Puede que te resulte muy extremista pero las costumbres eran así y eso es lo que nos ha llegado a nosotros a través de la historia y la mitología.
Si el cuerpo de la cabra conseguía temblar durante el obsequio significaba que Apolo estaba dispuesto a entablar una conversación con sus visitantes. Las predicciones las haría con su oráculo, que estaba custodiado por una persona mayor. Se trataba de una anciana llamada Pitonisa que tenía la ayuda de un hombre llamado Profeta.
Esta tradición también nos cuenta que el invitado o solicitante de respuestas realizaba una pregunta a esta Pitonisa. La Pitia o Pitonisa buscaba las respuestas a través de una comunicación que ejercía con el dios Apolo. Ella iba masticando hojas de laurel y a veces hacía señales que eran difíciles de comprender. Para ello estaba la figura del Profeta, que ayudaba al invitado a entender todas las señales de la Pitonisa y a que se marchara con todas las respuestas ofrecidas por el dios de la adivinación junto con el oráculo.
Para alimentar tu curiosidad y tu ingenio también es adecuado que sepas que Apolo se reunía con distintas divinidades para así contagiarse de poder y sabiduría. En estas reuniones era muy frecuente que el dios tocara la lira acompañado de los cantos del resto de divinidades.
Actualmente existe cierta controversia con el origen d Oráculo de Delfos. Todas las versiones son muy confusas y, aunque no se sabe a ciencia cierta cuál fue la correcta o si existió realmente, los avances de nuestra sociedad actual hacen pensar que quizás todo lo que poseemos hoy se lo debemos a esas posibles divinidades. Una de las teorías que se proponen al respecto afirma que el origen de Delfos se debe a que existió un dragón llamado Delfine y que se encargaba de proteger el oráculo antes de la llegada del dios mencionado anteriormente (Apolo).
Una segunda teoría propone que la realidad procede de un mito escrito. Ese mito trata la transformación de Apolo en delfín. Según este mito narrado, Apolo quería conquistar un barco para convertir a sus pasajeros en sacerdotes de él. Más tarde se fundó un templo que recibió el nombre de Delfinion y a eso se le atribuye la existencia de este nombre.
Sea como fuere, al contarte esta tradición del oráculo de Delfos hemos querido demostrarte que se pueden relacionar ciertos hechos mitológicos del pasado con la realidad. Si te has dado cuenta, ahora se le atribuye la figura de pitonisa a la persona que posee un don adivinatorio. Este nombre de pitonisa se refiere a la antigua anciana Pitonisa, encargada de conectar con el universo para descubrir respuestas. Las respuestas las proporcionaba Apolo y ahora las respuestas las proporcionan las cartas del tarot u otro tipo de técnicas adivinatorias.
La figura del profeta también ha estado presente desde siempre en nuestras vidas. De hecho, la figura de esta persona se le atribuye a alguien capaz de guiar al prójimo, tal y como ocurría en Grecia.